martes, 18 de enero de 2011

Y es que merezco un amor sin dudas, sin tiritas, sin gilipoyeces, alguien que cuando me ponga borracha me lleve a casa en brazos.
Que me haga el amor contra la pared y que no se enfade si no me entiende, ni si no se lo que quiero. Que me saque la lengua cuando me ponga tonta y me haga enmudecer. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano. Que no me compre con regalos pero que tenga mil detalles de papel. Que no le guste verme llorar y me haga reír hasta cuando no tengo ganas. Que de vez en cuando decida perseguirme por los bares y conocerme otra vez. Que me mire, lo mire, y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y no se olvide de decírmelo en los días que menos lo merezco. Que me mate a besos por la mañana. Que no se acostumbre a mí ni deje de inventar nombres nuevos para despertarme. Que si mira a otra, luego me guiñe un ojo y se ría de mis celos. Y sobre todo que no tenga que perderme para darse cuenta de que me ha encontrado.

  



























Jugando a quererse, nunca pensó que la venganza, un desengaño la hiciera atreverse.. Tal vez fueron las copas, el ambiente o tanta gente, o aquel refrán de que la vida son dos días y vamos por el primero.

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